El Mundo Según Don Graf
Mucho se ha hablado en este último tiempo sobre delicuencia y sensación de inseguridad. Datos van y encuestas vienen, los noticiaros dedican - en diferente densidad - la mayoría de sus minutos en notas criminales.
Mientras las transnacionales y todas las organizaciones internacionales eligen a Chile y a Santiago para fijar residencia u oficinas por ser la más segura en América Latina, el 92% de los que la habitan creen que ha aumentado la delincuencia.
Los datos internacionales indican que esta ciudad es más segura que la generalidad de las ciudades norteamericanas. En el mundo el promedio es de 12 homicidios por cada 100 mil habitantes y en América Latina es de 22, pero en Chile es de casi tres.
Lo único cierto a esta altura es que no existe ninguna relación entre los datos de delicuencia y la sensación generalizada de inseguridad instalada en la población.
¿A que se debe esto?. ¿Porqué esta incongruencia entre datos y sensación?
Nadie podría decir que la delicuencia no existe en Chile, es más, existe y siempre existirá. La idea tampoco es esconder los datos para no causar alarma pública, bien sabemos que la misión de los medios es informar.
Sin embargo, poca gente se imagina que la seguridad - o inseguridad - es un gran negocio que factura cerca de 500 millones de dólares al año. Es por eso que es necesario mantener la sensación de miedo depositada en la gente, en otras palabras, sin miedo no hay negocio. El sector que más firme y sostenidamente ha crecido en los últimos años, en cobertura y rentabilidad, es el de la seguridad. Y no es raro que estas empresas financien instituciones, líderes sociales y políticos que promueven el miedo. Vale la pena recordar que la fundación Seguridad Ciudadana - sí, el mismo de Don Graf - es presidida por Agustín Edwards, quien a su vez es dueño de Empresas El Mercurio. También está el caso de la Fundación Futuro, de Sebastián Piñera, nuevo dueño de Chilevisión.
En Chile, sobredimensionar la delincuencia es un tema de los medios de comunicación que obedece a una perspectiva editorial hegemónicamente de derecha. Y la gente se lo cree porque el miedo es la emoción más firmemente instalada en la sociedad. Miedo a perder la pega, miedo a pensionar con poca plata, miedo a no poder pagar las cuentas, miedo a no poder ahorrar lo suficiente, miedo a que los hijos no tengan una buena educación, miedo a enfermarse, y asi se puede continuar eternamente.
Para Mauricio Salinas, abogado, secretario ejecutivo de la Corporación Ciudadanía y Justicia e integrante de la comisión de seguridad ciudadana del comando de Michelle Bachelet, el miedo al delincuente lo estimula la derecha y lo exacerban los medios. El diario La Nación realizó un estudio, del 12 al 28 de junio, sobre el tiempo que dedicaron los noticiarios centrales (de las 21 horas) a mostrar información relacionada con la violencia delictiva. El procedimiento consistió en sentar frente a un televisor a cuatro personas con cronómetro en manos durante 16 días consecutivos. Los resultados no dejan de ser sorprendentes: Chilevisión, durante ese período, dedicó en promedio 51,3% de su noticiario central a la delincuencia - Piñera nuevamente -; “Meganoticias”, un 44,8%; “Teletrece”, 37,6%, y “24 horas”, 22,4%.
El problema radica en que esta sensación creada de inseguridad tiene un doble efecto político, entrega liderazgo a la derecha e impide que como ciudadanos podamos discutir acerca de los problemas tanto o más importantes que nos afectan.
Por ejemplo, hay algunos que dicen que la solución a la delincuencia es instalar más cárceles, sin embargo la cárcel es solo para “los delincuentes más débiles y torpes” - dice Salinas -, los que no tienen dinero para un abogado ni contactos para zafar de la persecución del Estado y evitar las rejas. Las celdas se hacinan de pobres. “Pero los ricos cometen delitos de ricos y los poderosos, como el caso Riggs, delitos que ningún pobre podría cometer”.
Ni la suma de todos los robos o hurtos cometidos por los miles de presos pobres se compara con los cuatro mil millones de dólares anuales de impuestos evadidos, monto equivalente a treinta veces más que el royalty minero.
Si tuviéramos esos cuatro mil millones de dólares, podríamos destinar esos recursos para que la población satisfaga derechos y aspiraciones y así se evite el delito. Y ese delito y esa violencia sólo se pueden evitar mientras la sociedad sea lo más cercana a comunidad en que todos tienen, sienten y pueden ejercer sus derechos.
Antes de Acostarse... quiso rescatar de manera íntegra una entrevista realizada por el diario virtual El Mostrador a Mauricio Salinas.
Mientras las transnacionales y todas las organizaciones internacionales eligen a Chile y a Santiago para fijar residencia u oficinas por ser la más segura en América Latina, el 92% de los que la habitan creen que ha aumentado la delincuencia.
Los datos internacionales indican que esta ciudad es más segura que la generalidad de las ciudades norteamericanas. En el mundo el promedio es de 12 homicidios por cada 100 mil habitantes y en América Latina es de 22, pero en Chile es de casi tres.
Lo único cierto a esta altura es que no existe ninguna relación entre los datos de delicuencia y la sensación generalizada de inseguridad instalada en la población.
¿A que se debe esto?. ¿Porqué esta incongruencia entre datos y sensación?
Nadie podría decir que la delicuencia no existe en Chile, es más, existe y siempre existirá. La idea tampoco es esconder los datos para no causar alarma pública, bien sabemos que la misión de los medios es informar.
Sin embargo, poca gente se imagina que la seguridad - o inseguridad - es un gran negocio que factura cerca de 500 millones de dólares al año. Es por eso que es necesario mantener la sensación de miedo depositada en la gente, en otras palabras, sin miedo no hay negocio. El sector que más firme y sostenidamente ha crecido en los últimos años, en cobertura y rentabilidad, es el de la seguridad. Y no es raro que estas empresas financien instituciones, líderes sociales y políticos que promueven el miedo. Vale la pena recordar que la fundación Seguridad Ciudadana - sí, el mismo de Don Graf - es presidida por Agustín Edwards, quien a su vez es dueño de Empresas El Mercurio. También está el caso de la Fundación Futuro, de Sebastián Piñera, nuevo dueño de Chilevisión.
En Chile, sobredimensionar la delincuencia es un tema de los medios de comunicación que obedece a una perspectiva editorial hegemónicamente de derecha. Y la gente se lo cree porque el miedo es la emoción más firmemente instalada en la sociedad. Miedo a perder la pega, miedo a pensionar con poca plata, miedo a no poder pagar las cuentas, miedo a no poder ahorrar lo suficiente, miedo a que los hijos no tengan una buena educación, miedo a enfermarse, y asi se puede continuar eternamente.
Para Mauricio Salinas, abogado, secretario ejecutivo de la Corporación Ciudadanía y Justicia e integrante de la comisión de seguridad ciudadana del comando de Michelle Bachelet, el miedo al delincuente lo estimula la derecha y lo exacerban los medios. El diario La Nación realizó un estudio, del 12 al 28 de junio, sobre el tiempo que dedicaron los noticiarios centrales (de las 21 horas) a mostrar información relacionada con la violencia delictiva. El procedimiento consistió en sentar frente a un televisor a cuatro personas con cronómetro en manos durante 16 días consecutivos. Los resultados no dejan de ser sorprendentes: Chilevisión, durante ese período, dedicó en promedio 51,3% de su noticiario central a la delincuencia - Piñera nuevamente -; “Meganoticias”, un 44,8%; “Teletrece”, 37,6%, y “24 horas”, 22,4%.
El problema radica en que esta sensación creada de inseguridad tiene un doble efecto político, entrega liderazgo a la derecha e impide que como ciudadanos podamos discutir acerca de los problemas tanto o más importantes que nos afectan.
Por ejemplo, hay algunos que dicen que la solución a la delincuencia es instalar más cárceles, sin embargo la cárcel es solo para “los delincuentes más débiles y torpes” - dice Salinas -, los que no tienen dinero para un abogado ni contactos para zafar de la persecución del Estado y evitar las rejas. Las celdas se hacinan de pobres. “Pero los ricos cometen delitos de ricos y los poderosos, como el caso Riggs, delitos que ningún pobre podría cometer”.
Ni la suma de todos los robos o hurtos cometidos por los miles de presos pobres se compara con los cuatro mil millones de dólares anuales de impuestos evadidos, monto equivalente a treinta veces más que el royalty minero.
Si tuviéramos esos cuatro mil millones de dólares, podríamos destinar esos recursos para que la población satisfaga derechos y aspiraciones y así se evite el delito. Y ese delito y esa violencia sólo se pueden evitar mientras la sociedad sea lo más cercana a comunidad en que todos tienen, sienten y pueden ejercer sus derechos.
Antes de Acostarse... quiso rescatar de manera íntegra una entrevista realizada por el diario virtual El Mostrador a Mauricio Salinas.
Estimado(s):
Interesante artículo. Creo que es una discusión que tiene para largo, porque como obviamente los medios masivos no lo discuten (juez y parte), seguirá siendo tema de pasillo por harto rato.
Una duda: de dónde provienen los datos del gasto en seguridad? Hay cifras ociciales, o de alguna ONG confiable que cuantifique las ganancias del tema seguridad en Chile?
Una acotación: la de Don Graf no es "fundación Seguridad Ciudadana", como aparece en el artículo, sino Fundación Paz Ciudadana (http://www.pazciudadana.cl).
Saludos
Matías Cociña V.
Posted by Anónimo | 10:03 a. m.